Y seguimos con el tomate.
La temporada está a punto de acabar y este año hemos disfrutado de unos tomates deliciosos de modo que hay que aprovisionarse para el resto del año.
Es verdad que podemos consumir tomates fuera de temporada, pero si ya es difícil conseguir tomates ricos en supermercados en verano el resto del año es sencillamente imposible. De hecho, no tengo ningún problema en reconocer que no compro tomates en supermercados desde hace mucho tiempo; los compro en mis fruterías de confianza o me los regalan amigos con huerto.
Entonces ¿cómo consumir tomates el resto del año? En conserva. Salsa de tomate, puré de tomate crudo (para poder seguir disfrutando del pantumaca) o, como el caso que tocamos ahora, secos.
Los tomates secos son ideales para añadirlos a ensaladas, pizzas o cualquier otro preparado que necesite de un tomate entero. Es cierto que no son tan jugosos y frescos como un tomate crudo pero, si son buenos, tienen una intensidad inigualable y son perfectos para ensaladas tibias.
Además son muy fáciles de preparar.
INSTRUCCIONES PARA PREPARARLOS AL HORNO
1º.- Limpiad muy bien los tomates. La variedad de tomate pera es la ideal para este tipo de preparación, pero cualquier tomate rico vale; eso sí, tendrá que ser un tomate carnoso.
2º.- Partidlos por la mitad y quitadles las pepitas, tratando de respetar la integridad del tomate en todo lo posible.
Cuando eliminamos las pepitas de unos pocos tomates es fácil aprovecharlas, pero cuando se trata de grandes cantidades, como es el caso, lamentablemente es muy difícil encontrarles un destino. Si alguien sabe qué hacer con ellas agradecería que lo compartiera con nosotros.
3º.- Calentad el horno a 50º centígrados.
4º.- En la bandeja del horno colocad o bien una esterilla de silicona o bien una hoja de papel sulfurizado.
Nota: las esterillas de silicona están bien si son de buena calidad y no se usan a muy altas temperaturas, como es el caso.
Sobre la bandeja depositad los tomates con la parte partida hacia abajo e introducidla en el horno.
5º.- Hornead hasta que se vean secos, siendo imposible determinar cuánto vais a tardar (dependerá del tomate y del horno). En mi caso, la última vez que los hice los tuve 2 horas.
6º.- Dad la vuelta a los tomates para que la parte en la que tenían las pepitas quede hacia arriba y seguid horneando hasta que se vean secos también por este lado. Yo volví a dejarlos 2 horas porque eran unos supertomates verdaderamente muy difíciles de secar de tanta carne que tenían.
7º.- Sacad del horno y dejad que se enfríen.
8º.- Pueden guardarse sencillamente así, secos (si se secan muy bien y no queda nada de humedad en ellos), o en conserva.
9º.- Preparad la conserva: según el procedimiento que os expliqué en un artículo anterior, meted los tomates en botes de cristal, rellenar con aceite de oliva virgen extra y preparad la conserva.
En el bote podéis meter unos dientes de ajo, unas ramitas de romero... o nada.
Así podréis disfrutar de tomates enteros todo el año sin necesidad de comprar esos horribles y carísimos tomates que venden fuera de temporada.
Nunca he secado tomates al sol aunque os garantizo que, en cuanto tenga la oportunidad, lo haré y entonces os detallaré mi experiencia.
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