Si no fuera porque antecede al lunes el domingo sería mi día favorito de la semana. Y hoy concretamente, ha sido un día maravilloso porque he desayunado como una reina, tempranito, y después me he ido a la sierra con mi Cleo.
Desde que nevó a lo bestia las zonas con nieve de la Sierra Norte de Madrid se están llenando todos los fines de semana de domingueros.
Decirlo así suena un poco hipócrita por mi parte porque yo también voy los domingos, pero un dominguero es un espécimen muy concreto: normalmente no va adecuadamente equipado, hace mucho ruido, ensucia, a veces pone música, lo llena todo de coches y, sobre todo, no mueve demasiado el culo por lo que con alejarse un poco de los aparcamientos y los caminos se le puede evitar. Yo definitivamente no soy una dominguera.
Por lo visto si no sales de casa a las 5 a.m. es imposible ir a la nieve de tanto dominguero que quiere hacerse la foto, pero, como ya he dicho, yo no soy una dominguera, llevo saliendo por la sierra desde que era muy pequeña y conozco muchos lugares preciosos a los que no va nadie. De hecho, hoy Cleo y yo hemos tenido la montaña para nosotras solas e incluso podríamos haber visto nieve, pero no me ha parecido prudente debido al aspecto de la cumbre (mucha niebla, mucho viento). Soy intrépida, no imprudente.
Como ya os he dicho, el día empezó temprano, con desayuno de reina.
Y los gatos, que no se pierden una (sobre todo Dandi, que es como es).
"¿Esto qué es? ¿Se come? ¿Me das?" |
Sí, le doy, siempre le doy, un trocito de pan sin margarina ni nada.
(Sé que hay mucha gente a la que le dan asco los gatos; también sé que hay gente que preferiría morir antes que dejar que un gato se acercara tanto a su comida. Lo entiendo, de veras, y además lo respeto. Pero esta es mi casa, mi comida y mi gato y, por tanto, hago lo que me da la gana.)
Y luego rumbo a la sierra. Evidentemente no os voy a decir a qué parte de la sierra voy; es un lugar poco transitado y me gustaría que siguiera siendo así. No es que me lea mucha gente y además los pocos que me leéis sois poco participativos, pero para ciertas cosas soy muy reservada y mis rincones secretos son secretos y solo los comparto con algunos, después de obligarles con juramentos a guardar el secreto.
No obstante, si alguno de vosotros conoce la zona enseguida la reconocerá.
Nieve a tiro de piedra, sin domingueros |
"Me como hasta las piedras" |
El agua baja abundantemente por todas partes en pequeños riachuelos improvisados.
Cleo se ha puesto las botas a beber, agua fresca, clara y limpia del deshielo de la nieve.
Había hielo y nieve en los rincones en penumbra |
Intenté subir a lo más alto de la roca y no sé si habría podido, la verdad; lo que sí estaba claro es que Cleo no estaba dispuesta, bajo ningún concepto, a intentarlo y teniendo en cuenta que ella me seguiría al infierno, siempre que este no estuviera en el agua, he desistido.
Charco limpísimo de nieve recién derretida |
Nube amenazante |
Viento amenazante.
De hecho, hubo un momento en el que ambas hemos pasado miedo porque estábamos bastante alto, sin abrigo posible, el viento dificultaba el mantenerse en pie, Cleo ha metido la pata en un hoyo lleno de agua, yo no veía nada, casi no podíamos movernos... Ha sido divertido, incluso me he venido un poco arriba, pero luego he recapacitado.
Spring is coming |
Castilla |
Las Torres de Madrid muy muy a lo lejos |
Mi compañera y yo al abrigo de la piedra, tan a gustito, sin sufrir el viento y tomando el sol |
Y al abrigo de la piedra ha sido cuando me he tomado mi sopa de puerro.
"¿Qué es eso?" |
En este momento la nube se acerca peligrosamente, comienza a hacer más frío y a chispear así que parece prudente marcharse, que no queremos salir en las noticias.
Al llegar a casa estaba hambrienta así que me he preparado una comida deliciosa: pan de ajo, patatas chips, refresco bitter (no lo hago mucho, pero me encanta) y un experimento que no ha salido bien, aunque ya le he pillado el truco para la próxima.
Ahora, la siesta.
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