sábado, 14 de febrero de 2015

SOPA DE PUERRO

Para estos días fríos y húmedos lo que mejor sienta es comer algo calentito, si se prepara rápido y fácil todavía mejor.

Llevo días dándole vueltas a la sopa de puerro y, como mañana me voy a la sierra con mi perra, pensé que era un tentempié ideal para llevar en el termo porque calienta y llena bastante (con sus picatostes envueltos en papel de aluminio; estar en el campo no quita para comer con cierta sofisticación).


El poder evocador de los sentidos es asombroso; preguntádselo a Proust y a su magdalena. A mí me pasa a menudo, sensaciones que me retrotraen a esos tiempos felices de la infancia, cuando todo era perfecto, cuando no conocía ni el miedo ni la incertidumbre. Y con la comida, como al bueno de Proust con su magdalena, me pasa mucho: cebolla y pimiento pochándose, ajos en aceite de oliva, un bizcocho en el horno y, cómo no, puerro en mantequilla. ¡Ay!

La sopa de puerro no es sino una reinterpretación aún más sencilla de la vichyssoise, que tampoco es que sea como pintar la Capilla Sixtina. Es fácil de hacer, con un sabor muy sencillo, congela de maravilla y es totalmente susceptible de ser transportada en un termo a cualquier lugar de la Sierra de Madrid.

Porque sí, amigos, en Madrid hay montañas, altas y con nieve.

Un día un paisano cántabro con el que coincidí de paseo con la perra (pasear es como hacer trekking pero más nuestro) me comentaba, con queja, que en Madrid no había montañas. Yo adoro Cantabria, ya lo sabéis, pero el pico más alto de Cantabria solo saca 191 metros al pico más alto de Madrid; en definitiva, ninguna de las dos comunidades está en los Pirineos.

Bueno, vamos al lío.

SOPA DE PUERRO

Ingredientes:

La parte blanca de dos puerros grandes (lo verde vale para hacer caldo)
2 cucharadas de margarina vegana
Pimienta blanca
Leche de soja
Agua
Nuez moscada
Sal

Instrucciones:

Limpia muy bien los puerros. Cuando los tengas bien limpios ponlos en una cazuela a fuego lento con la margarina y deja que se pochen hasta que estén melosos (no deben dorarse o darán un sabor muy fuerte a la sopa).


Luego añade agua y leche a partes iguales y sube el fuego. ¿Cuánto líquido? Cubre generosamente el puerro.

Lleva el líquido a ebullición, desespuma si es necesario, baja el fuego al mínimo y deja que todo cueza unos 15 minutos.

Ahora tritúralo todo muy bien con la batidora (me he comprado una nueva con tanta potencia que podría impulsarme hasta la luna) y después pásalo por el chino, con la finalidad de que todo quede muy muy ligero y fino. Añade pimienta blanca, nuez moscada y sal al gusto y ya está.


Esta es toda la fibra que eliminaremos con el chino, que se dejaría si lo que buscamos es una crema

Con la nuez moscada

Es preferible que la nuez moscada sea de verdad (es decir una nuez que tú mismo rayas en tu casa) y esto es así porque el aroma no tiene nada que ver.

Hacer picatostes es la cosa más fácil del mundo, lo que resulta curioso porque comprados cuestan muy caros en comparación de los ingredientes que llevan (pan y aceite) y el tiempo que requiere su preparación (5 minutos).

Pica trozos de pan (preferiblemente duro) con el tamaño deseado (para la sopa no más de 1 cm). En una sartén honda calienta aceite de oliva virgen extra a tope (hasta que humee) y fríe los trozos de pan (vuelta y vuelta). Sácalos antes de que estén demasiado dorados, porque incluso fuera se siguen cocinando, y pósalos sobre papel secante para extraer el aceite sobrante. Son una delicia.


Pido perdón por el manchurrón del plato pero es mu difícil (al menos para mí) grabar con una mano y echar la sopa con la otra. Y solo había una oportunidad.

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