miércoles, 11 de febrero de 2015

LA TRUFA NEGRA II


A pasar de que escribo mucho tiempo después de comprar a Trufito en realidad el pobre duró poco y, cuando se murió, quise llorar. Ese aroma...

Como mi economía es ajustada y la trufa es tan cara en principio yo quería hacer mil cosas con la trufa, pero en realidad una sola trufa no da para mucho (de hecho, lo ideal es contar al menos con dos, una para volverte loco y otra para usar con cabeza). Creí que acabaría preparando elaborados platos con ella pero es que no da de sí así que fui a lo sencillo, a lo seguro.

Trufito se dividió en 3: una parte para un pastel de patata, una parte para una pizza y otra parte como regalo a alguien muy especial.



La próxima vez que os pregunten qué comen los veganos enseñadles esto.

Si dije que si me duraba más de diez días yo no merecía vivir al haberme durado solo dos creo que merezco vivir aún más.

PASTEL DE PATATA Y SETAS

Ingredientes:

Dos patatas
Una cucharada de margarina vegana
Un chorrito de leche de soja
Un puñado de setas (en mi caso fueron champiñones, pero si hubiéramos estado de temporada habrían sido boletus)
Un chorrito anecdótico de aceite de oliva virgen extra
Sal

Instrucciones:

Cuece las patatas hasta que estén blandas y después escúrrelas muy bien.

Mientras, parte las setas en trozos de 1 cm y saltéalos en una sartén con un ínfimo chorro de aceite de oliva.

No se te ocurra añadir especias de ningún tipo; la protagonista es la trufa.

Cuando estén bien escurridas, pélalas, cháfalas y mételas en el vaso de la batidora. Añade un chorrito de leche de soja, una cucharada de mantequilla y bate con ganas.

Normalmente el puré de patata lo hago con tenedor, chafador o pasapuré pero la batidora le da una textura maravillosa porque liga todos los ingredientes otorgándoles una consistencia de sueño. Añade las setas, sala al gusto y mezcla muy bien (ahora sin la batidora, que queremos encontrarnos las setas). Ya tenemos el puré.

El puré, solo así, está buenísimo y lo que me sobró me lo llevé al día siguiente para desayunar en el trabajo. Sí, cogí mi bol de la nevera y, tal cual, con un poco de papel de aluminio, me lo metí en el bolso porque yo sé vivir.

Ahora necesitarás una sartén antiadherente (la mía de titanio se ha hecho fundamental). Pon la sartén al fuego a máxima potencia y, cuando humee, añade el puré. Yo usé un molde pero no es imprescindible.

Esa consistencia del puré se consigue con batidora

Las patatas y las setas ya estaban cocinadas por lo que la finalidad de este paso no es cocinar sino dorar las caras del pastel así que dale caña con el fuego y, cuando esté dorado, con cuidado y paciencia (el molde ayuda), sin desesperarte, dale la vuelta y lo mismo por el otro lado.

Saca el pastel a un plato (de nuevo, con el molde será más fácil), ponle la trufa encima, desmolda y ya está, delicia asegurada.


PIZZA DE SETAS Y TRUFA NEGRA

La receta de pizza ya se ha tratado por aquí de modo que solo hay que añadir una cosa, la trufa. En este caso usamos una finísima y muy ligera (más líquida que sólida) capa de bechamel y un poco de aceite de trufa.

¿Cómo conseguí el aceite de trufa? Partí la trufa en láminas y las puse en aceite de oliva mientras preparaba la pizza.

Así que la pizza se monta así: tras precocinar la masa unta la bechamel, pon las setas (de nuevo, champiñones) encima, rocía con un poco del aceite de trufa y al horno hasta que se dore. Una vez dorada, saca la pizza, pon la trufa por encima, sala al gusto (¡sal gorda!) y vierte lo que te quede del aceite de trufa (haz por que te quede; este punto es muy importante).

Riquísimo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario