A pasar de que escribo mucho tiempo después
de comprar a Trufito en realidad el pobre duró poco y, cuando se murió, quise llorar. Ese aroma...
Como mi economía es ajustada y la trufa es tan cara en principio yo quería hacer mil cosas con la trufa, pero en realidad una sola trufa no da para mucho (de hecho, lo ideal es contar al menos con dos, una para volverte loco y otra para usar con cabeza). Creí que acabaría preparando elaborados platos con ella pero es que no da de sí así que fui a lo sencillo, a lo seguro.
Trufito se dividió en 3: una parte para un
pastel de patata, una parte para una pizza y otra parte como regalo a alguien
muy especial.
La próxima vez que os pregunten qué comen los veganos enseñadles esto.
Si dije que si me duraba más de diez días yo
no merecía vivir al haberme durado solo dos creo que merezco vivir aún más.
PASTEL DE PATATA Y SETAS
Ingredientes:
Dos patatas
Una cucharada de margarina vegana
Un chorrito de leche de soja
Un puñado de setas (en mi caso fueron champiñones,
pero si hubiéramos estado de temporada habrían sido boletus)
Un chorrito anecdótico de aceite de oliva virgen extra
Sal
Instrucciones:
Cuece las patatas hasta que estén blandas y después
escúrrelas muy bien.
Mientras, parte las setas en trozos de 1 cm y
saltéalos en una sartén con un ínfimo chorro de aceite de oliva.
No se te ocurra añadir especias de ningún
tipo; la protagonista es la trufa.
Cuando estén bien escurridas, pélalas,
cháfalas y mételas en el vaso de la batidora. Añade un chorrito de leche de
soja, una cucharada de mantequilla y bate con ganas.
Normalmente el puré de patata lo hago con
tenedor, chafador o pasapuré pero la batidora le da una textura maravillosa porque liga
todos los ingredientes otorgándoles una consistencia de sueño. Añade las setas,
sala al gusto y mezcla muy bien (ahora sin la batidora, que queremos encontrarnos las setas). Ya tenemos el puré.
El puré, solo así, está buenísimo y lo que me
sobró me lo llevé al día siguiente para desayunar en el trabajo. Sí, cogí mi
bol de la nevera y, tal cual, con un poco de papel de aluminio, me lo metí en
el bolso porque yo sé vivir.
Ahora necesitarás una sartén antiadherente
(la mía de titanio se ha hecho fundamental). Pon la sartén al fuego a máxima
potencia y, cuando humee, añade el puré. Yo usé un molde pero no es
imprescindible.
Esa consistencia del puré se consigue con batidora |
Las patatas y las setas ya estaban cocinadas
por lo que la finalidad de este paso no es cocinar sino dorar las caras del pastel así que dale caña con el fuego y, cuando esté dorado, con cuidado y
paciencia (el molde ayuda), sin desesperarte, dale la vuelta y lo mismo por el
otro lado.
Saca el pastel a un plato (de nuevo, con el
molde será más fácil), ponle la trufa encima, desmolda y ya está, delicia
asegurada.
PIZZA DE SETAS Y TRUFA NEGRA
La receta de pizza ya se ha tratado por aquí
de modo que solo hay que añadir una cosa, la trufa. En este caso usamos una
finísima y muy ligera (más líquida que sólida) capa de bechamel y un poco de aceite de trufa.
¿Cómo conseguí el aceite de trufa? Partí la
trufa en láminas y las puse en aceite de oliva mientras preparaba la pizza.
Así que la pizza se monta así: tras
precocinar la masa unta la bechamel, pon las setas (de nuevo, champiñones)
encima, rocía con un poco del aceite de trufa y al horno hasta que se dore. Una
vez dorada, saca la pizza, pon la trufa por encima, sala al gusto (¡sal gorda!)
y vierte lo que te quede del aceite de trufa (haz por que te quede; este punto
es muy importante).
Riquísimo.
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