Mi jefa tuvo la amabilidad de regalarme una cesta de Navidad vegana que
confeccionó ella misma especialmente para mí. Debió gastarse un riñón y me pareció un detallazo, no solo por el regalo en sí sino por el esfuerzo que sé
que supone para un no vegano el dilucidar qué puede y qué no puedemos comer. La verdad es que me hizo mucha ilusión.
Por la tarde estaba fardando con una amiga de mi cesta y esta me preguntó ¿pero qué lleva una cesta de Navidad vegana? Mi cesta llevaba diferentes variedades de tofu, frutos secos, frutas secas (¡ay, la fresa seca!), algas, panecitos, quinoa, pan de higo, copos de avena, aceite de oliva virgen extra, vinagre de Jerez… La cesta estaba a punto de reventar.
Mi amiga me dijo algo así como que para ella sería francamente difícil preparar una cesta de Navidad para un vegano y sé que mi jefa también se volvió un poco loca así que me preguntó “¿tú qué le pondrías a un vegano en su cesta navideña?” a lo que yo respondí que prepararla es muy fácil, mucho más de lo que cualquiera podría pensar y que, en realidad, LOS VEGANOS COMEMOS LO MISMO QUE TODO EL MUNDO, solo que obviando los productos de origen animal. Nos somos marcianos.
Es algo muy curioso. En breve se casa una de las personas a las que más quiero en el mundo y el convite va a celebrarse en un restaurante estupendo donde se come realmente bien, pero el chef le ha pedido al anfitrión que le diga qué puede dar de comer a un vegano porque no se le ocurre. ¡Somos veganos, no calamares gusano! ¿Cómo es posible que un chef de un restaurante que me consta es muy bueno no sepa qué darnos de comer? Estamos tan acostumbrados a comer siempre lo mismo que nos falta imaginación.
Volviendo al tema de la cesta de Navidad, esta es evidentemente un regalo, pero también una ayuda en unas fechas en las que la gente anda un poco achuchada con el dinero y lo que tiene que llevar es comida, solo que un poco más especial. Por tanto ¿qué incluiría yo en una cesta de Navidad vegana? Legumbres, cereales, frutas, verduras, hortalizas y tubérculos, frutos secos, condimentos, licores…
LEGUMBRES
¿Por qué no incluir un variado de legumbres de la mejor calidad? Judión de la Granja, garbanzo de Fuentesaúco, lenteja de la Armuña, faba asturiana… Un variadito así haría muy feliz a cualquier vegano.
CEREALES
Harina de fuerza, harina 00, harina de centeno, harina de espelta, harina de sémola de trigo, de garbanzo… cualquiera es bienvenida, sobre todo la de garbanzo, que cuesta un riñón.
Arroz bomba de Calasparra, arroz carnaroli, arroz japonés, arroz salvaje… y quinoa. Los arroces buenos son carísimos y alegran a todos.
PASTA
Cualquier pasta un poquito especial y que no lleve huevo nos vale.
FRUTAS, VERDURAS, HORTALIZAS Y TUBÉRCULOS
La variedad es inabarcable, pero sería bueno incluir cualquiera de temporada. También nos valen en conserva y, si son para regalo, se agradece que os estiréis un poco y sean buenas (setas, pimientos de piquillo, espárragos, habitas, grelos…).
FRUTOS SECOS
Los consumimos a kilos y no son baratos de modo que incluirlos en la cesta es una gran opción.
CONDIMENTOS
Aceite de oliva virgen extra de buenísima calidad, aceite de sésamo, aceite de aguacate, aceite de coco…
Vinagre de cualquier tipo: de Jerez curadito, de manzana, balsámico de Módena (por favor, de al menos más de 18 meses), vinagre de arroz…
Salsa de soja.
Especias como el azafrán (¿acaso no es el azafrán un regalo de lo más especial?), pimentón, garam masala, pimenta, semillas de mostaza, la carísima vainilla, que tanto me gusta… La variedad es enorme.
Ñoras, pimientos choriceros, guindillas, ajos… ¡Ajos! Siempre ajos.
Flor de sal de Camargue, flor de sal d’Es Trenc, sal Maldon, sal gris, sal negra, sal alaea, sal del Himalaya…
Azúcar, sirope de arce, sirope de agave, sirope de caña de azúcar…
Por ejemplo, pan rallado. Parece una chorrada pero yo compro uno que va mezclado con polvo de semillas de sésamo tostado, que no es barato y está riquísimo.
Y desde luego, en el caso de cestas deluxe, unas trufas, negras o, ¡sí!, blancas. Ya no sé cómo decir que estoy totalmente abierta a aceptar regalos.
LICORES
Vinos, cervezas y licores de cualquier tipo. Somos veganos, no ascetas.
¿Y por qué no? Tofu.
Por la tarde estaba fardando con una amiga de mi cesta y esta me preguntó ¿pero qué lleva una cesta de Navidad vegana? Mi cesta llevaba diferentes variedades de tofu, frutos secos, frutas secas (¡ay, la fresa seca!), algas, panecitos, quinoa, pan de higo, copos de avena, aceite de oliva virgen extra, vinagre de Jerez… La cesta estaba a punto de reventar.
Mi amiga me dijo algo así como que para ella sería francamente difícil preparar una cesta de Navidad para un vegano y sé que mi jefa también se volvió un poco loca así que me preguntó “¿tú qué le pondrías a un vegano en su cesta navideña?” a lo que yo respondí que prepararla es muy fácil, mucho más de lo que cualquiera podría pensar y que, en realidad, LOS VEGANOS COMEMOS LO MISMO QUE TODO EL MUNDO, solo que obviando los productos de origen animal. Nos somos marcianos.
Es algo muy curioso. En breve se casa una de las personas a las que más quiero en el mundo y el convite va a celebrarse en un restaurante estupendo donde se come realmente bien, pero el chef le ha pedido al anfitrión que le diga qué puede dar de comer a un vegano porque no se le ocurre. ¡Somos veganos, no calamares gusano! ¿Cómo es posible que un chef de un restaurante que me consta es muy bueno no sepa qué darnos de comer? Estamos tan acostumbrados a comer siempre lo mismo que nos falta imaginación.
Volviendo al tema de la cesta de Navidad, esta es evidentemente un regalo, pero también una ayuda en unas fechas en las que la gente anda un poco achuchada con el dinero y lo que tiene que llevar es comida, solo que un poco más especial. Por tanto ¿qué incluiría yo en una cesta de Navidad vegana? Legumbres, cereales, frutas, verduras, hortalizas y tubérculos, frutos secos, condimentos, licores…
LEGUMBRES
¿Por qué no incluir un variado de legumbres de la mejor calidad? Judión de la Granja, garbanzo de Fuentesaúco, lenteja de la Armuña, faba asturiana… Un variadito así haría muy feliz a cualquier vegano.
CEREALES
Harina de fuerza, harina 00, harina de centeno, harina de espelta, harina de sémola de trigo, de garbanzo… cualquiera es bienvenida, sobre todo la de garbanzo, que cuesta un riñón.
Arroz bomba de Calasparra, arroz carnaroli, arroz japonés, arroz salvaje… y quinoa. Los arroces buenos son carísimos y alegran a todos.
PASTA
Cualquier pasta un poquito especial y que no lleve huevo nos vale.
FRUTAS, VERDURAS, HORTALIZAS Y TUBÉRCULOS
La variedad es inabarcable, pero sería bueno incluir cualquiera de temporada. También nos valen en conserva y, si son para regalo, se agradece que os estiréis un poco y sean buenas (setas, pimientos de piquillo, espárragos, habitas, grelos…).
FRUTOS SECOS
Los consumimos a kilos y no son baratos de modo que incluirlos en la cesta es una gran opción.
CONDIMENTOS
Aceite de oliva virgen extra de buenísima calidad, aceite de sésamo, aceite de aguacate, aceite de coco…
Vinagre de cualquier tipo: de Jerez curadito, de manzana, balsámico de Módena (por favor, de al menos más de 18 meses), vinagre de arroz…
Salsa de soja.
Especias como el azafrán (¿acaso no es el azafrán un regalo de lo más especial?), pimentón, garam masala, pimenta, semillas de mostaza, la carísima vainilla, que tanto me gusta… La variedad es enorme.
Ñoras, pimientos choriceros, guindillas, ajos… ¡Ajos! Siempre ajos.
Flor de sal de Camargue, flor de sal d’Es Trenc, sal Maldon, sal gris, sal negra, sal alaea, sal del Himalaya…
Azúcar, sirope de arce, sirope de agave, sirope de caña de azúcar…
Por ejemplo, pan rallado. Parece una chorrada pero yo compro uno que va mezclado con polvo de semillas de sésamo tostado, que no es barato y está riquísimo.
Y desde luego, en el caso de cestas deluxe, unas trufas, negras o, ¡sí!, blancas. Ya no sé cómo decir que estoy totalmente abierta a aceptar regalos.
LICORES
Vinos, cervezas y licores de cualquier tipo. Somos veganos, no ascetas.
¿Y por qué no? Tofu.
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