lunes, 6 de octubre de 2014

ADEREZAR EL ACEITE

Un buen aceite de oliva virgen extra es inmejorable. Los hay de diferentes variantes, dependiendo de la aceituna, y cada marca tiene su toque personal, pero un buen aceite de oliva virgen extra es algo maravilloso. Para cocinar, para condimentar en crudo o sencillamente para tomar con un poco de pan es una delicia de la que un español raramente puede prescindir.

No soy una integrista del aceite de oliva y a veces utilizo de otros vegetales, tales como el de sésamo, que me encanta, o el de girasol, pero un plato mediterráneo tiene que ir acompañado de un buen aceite de oliva virgen extra.

Y como decía, cuando es bueno no se puede mejorar en casa. Tal cual llega es perfecto. No obstante, nos puede apetecer darle cierto toquecito con otros sabores por lo que aquí voy a haceos tres propuestas que yo uso mucho en casa y que me dan muy buen resultado.


A la izquierda, vinagre de guindilla. A la derecha, en la parte de arriba, a la izquierda aceite de naranja y a la derecha aceite de guindilla; abajo, aceite de albahaca.

Aderezar tu propio aceite es un proceso muy sencillo que no da nada de trabajo, pero se prolongará un tiempo. Los únicos utensilios que vamos a necesitar, además del aceite y los ingredientes para aromatizar, serán botes de cristal (de los de conservas, medianos) y papel de aluminio.


ACEITE DE GUINDILLA

Este es un aceite que uso muchísimo. Por ejemplo, a veces me apetece tomar unos espaguetis muy sencillos y, una vez cocidos, los salteo en un poco de este aceite, sin nada más.
Meted en el bote de dos a tres guindillas rojas, dos hojas de laurel y dos ajos enteros, llenad de aceite de oliva virgen extra, tapad, cubrid el bote completamente con papel de aluminio y almacenad en un lugar fresco, seco y oscuro durante al menos un mes. Habrá que agitar el bote un par de veces por semana.
Este aceite tiene una particularidad maravillosa, muy parecida a la de la masa madre: según se vaya usando puede rellenarse la botella y el aceite conservará su sabor y aroma.


ACEITE DE ALBAHACA

Adoro la albahaca, su aroma me embarga completamente. Pero solo podemos disfrutar de ella durante los meses cálidos por lo que aromatizar un aceite con albahaca puede ser una alternativa para los meses fríos.
Haceos con un generoso manojo de albahaca fresca que esté en muy buen estado y picadla muy finito (el robot de cocina sería ideal para esta operación). Introducid la albahaca picada en el bote, llenadlo de aceite de oliva virgen extra, tapadlo, cubridlo completamente con papel de aluminio y almacenad en un lugar fresco, seco y oscuro al menos un mes. Habrá que agitar el bote un par de veces por semana.
Una vez que esté listo, recordad filtrar el aceite con un paño fino y limpio. ¡Ah! El paño será irrecuperable pues quedará totalmente teñido y no habrá forma de eliminar el color verde sucio que quedará.


ACEITE DE NARANJA

Este es un aceite ideal para ensaladas o para tomar sencillamente con pan.
Rallad la piel de una naranja, sin tomar nada de la parte blanca (solo lo naranja), introducid la ralladura en un bote, llenadlo con aceite de oliva virgen extra, tapad el bote, cubrirlo con papel de aluminio completamente y almacenad en un lugar fresco, seco y oscuro al menos un mes, recordando agitar el bote un par de veces a la semana.

Además, se puede aderezar el aceite con casi cualquier cosa que se os ocurra (romero, tomillo, limón...). A mí, entre otros muchos, me encantaría aromatizarlo con trufa (si es blanca todavía mejor) pero es muy cara y, de momento, voy a quedarme con las ganas (salvo que algún lector generoso me regale un poco... o mucho).


VINAGRE DE GUINDILLA

Para hacer mojo picón tradicionalmente se ha utilizado vinagre macho. No sé si este vinagre se puede comprar en Madrid, pero desde luego yo no lo he encontrado de modo que me he fabricado un sucedáneo: vinagre de guindilla. Sé que no es lo mismo y prometo que en cuanto vaya a las Islas Afortunadas enmendaré el problema.
En un bote añadid tres guindillas rojas y un par de ajos enteros, cubrid con vinagre de jerez, si puede ser añejo mucho mejor, tapad el bote, cubrid con papel de aluminio y conservad en un lugar fresco, seco y oscuro, recordando agitarlo un par de veces por semana.

Esta vez he tenido la inestimable ayuda de mi querida Manda.

Esos ojos me matan

Entiendo verdaderamente eso de que la curiosidad mató al gato.

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