miércoles, 10 de diciembre de 2014

TENER O NO TENER (MASCOTA)

Cuando alguien que nunca ha tenido mascota comenta que quiere una normalmente se lo desaconsejo.

Hace años estaba esperando para que me atendieran en una tienda de animales mientras la dependienta hablaba con una cliente. La cliente era una señora mayor que quería regalarle a sus nietos un perro pequeño y se estaba informando acerca de un cachorrito de Shitshu; fundamentalmente lo que la señora quería saber es si el perrito iba a dar guerra y la dependienta le dijo que no, que era un perro que no daba nada de trabajo, que no hacía falta educarlo y que casi no salía a la calle.

Cuando llegó mi turno no pude evitar echar una reprimenda a la dependienta, que al hablar con la señora obvió el hecho de estar tratando con falsedades acerca de la vida de un animalito con el único objetivo de vender pues información como la que ella había ofrecido fomenta el abandono. ¿Por qué? Porque tener una mascota no es el cuento de hadas que nos venden en las películas americanas de barrio residencial; porque TENER MASCOTA ES UN AUTÉNTICO COÑAZO.

EL DINERO

LA COMIDA

De entrada, tener mascota es carísimo, aunque la adoptes, aunque te la encuentres en una gasolinera, aunque te la regalen... es carísimo. Los piensos de gama baja resultan caros, los de gama alta extremadamente caros. Y por muy pequeño que sea un animal come, todos los días.

Además, si eres una persona responsable, el animal debe comer al menos un pienso decente.

Si quieres tener a tu animal como a un rey y de vez en cuando regalarle con algún premio, una latita o comida natural eso también se paga.

EL VETERINARIO

El veterinario es carísimo. Solo por entrar ya te cobran. Hay veterinarios donde te cobran por inhalar aire dentro; cada bocanada de aire cuesta 1 € (las del animal también se cobran).

Mi madre siempre decía: prefiero que te rompas una pierna tú, que el médico es gratis. Si a tu perro se le rompe una pierna es fácil que la broma te salga por 1.000 €.

La consulta de un veterinario cuesta entre 20 € y 35 € (solo que vean al animal), una vacuna (dependiendo del tipo) puede llegar a costar hasta 60 €, una radiografía más de 50 € y una operación no va a bajar de los 300 €. Esterilizar, análisis de sangre, medicinas... Es un dineral y además muchos de estos gastos llegan sin avisar, todos juntitos, por lo que hay que estar preparado.

Cuando Cleo empezó a sentirse mal y no sabíamos lo que tenía, entre otras muchas cosas, hubo que hacerle una endoscopia. La broma costó 400 € y eso que el veterinario no era nada caro.

Cuando me hizo el presupuesto me eché a llorar, no pude evitarlo. El pobre hombre tuvo que ir a por un pañuelo. Nos apretamos el cinturón y tuvo su endoscopia porque cuando el animal está mal y es imprescindible que le hagan la prueba tienes que buscarte la vida y si no crees que vayas a poder no tengas un perro.

Sé que pedir esto en un país donde la gente con severas dificultades económicas se niega a utilizar anticonceptivos es mucho pedir y además soy plenamente consciente de que este comentario será considerado extremadamente inapropiado por muchos, máxime en esta era que nos ha tocado vivir del buenrollismo y lo políticamente correcto, pero es lo que hay. Si no te lo puedes permitir y puedes evitarlo haz por que no pase.

ATREZO

Un animal requiere un material básico. En el caso de los perros se va a necesitar un collar, una correa, una chapa, una cama (cesto, colchoneta, sofá...), un cepillo, un par de toallas grandes y un secador para los días de lluvia, comedero, bebedero... En el caso de los gatos, un cepillo, un rascador, una caja de arena, arena, comedero, bebedero... Eso también cuesta dinero y es un material que se gasta por lo que reponerlo de vez en cuando.

Así que hasta aquí queda claro que los animales cuestan dinero y mucho. Pero no nos engañemos, aunque el dinero hace que algunos animales acaben abandonados, es el trabajo que requieren el que más abandonos ocasiona.

EL TRABAJO

LOS CACHORROS

Los cachorros son monisimos, pero insoportables. No tienen ninguna educación por lo que no pueden obedecer, se mean y cagan en casa, destrozan todo lo que encuentran y requieren muchísima atención. No entiendo cómo la gente prefiere un cachorro a un animal mayor.

Será normal que alguna noche te levantes medio dormido para ir al baño y pises una caca, que se te meterá entre los dedos de los pies. Sí, sé que es asqueroso, pero si no tienes estómago para esto piénsatelo.

Mi Cleo, que a día de hoy es la perra más buena del mundo, hizo un agujero en la pared, destrozó gafas de sol, zapatos, vestidos, ropa interior, cables de todo tipo... Manda se cargó todos los cables que Cleo dejó, todos, y me marcó las manos y los brazos de tal forma que parecía que me autolesionaba.

LA VEJEZ

Los animales envejecen. Los cachorros son muy monos, pero los viejos no lo son tanto.

Un animal viejo tiene los mismos achaques que un ser humano viejo. Se les escapa el pis, tienen caras enfermedades crónicas, se les agria el carácter y son cascarrabias, ya no les apetece pasear (lo que es un problema si a ti sí te gusta), no soportan bien ni el frío ni la lluvia...

En mi caso, es mi época favorita, pero a mucha gente no le gusta. Son muchos los animales abandonados por viejos y encontrar un hogar para ellos es muy difícil, además de la tristeza que supone para ellos perder a su familia y su hogar.

Para mí es la mejor época porque el animal está verdaderamente tranquilizado y no tiene ninguna prisa, preocupándose solo por lo básico. Cuando tu animal es viejo normalmente es porque lleva mucho tiempo contigo y, por consiguiente, ya os conocéis muy bien el uno al otro, habéis crecido juntos, y por tanto es cuando la conexión es mayor.

Cuando son cachorros cuidas de ellos, cuando son adultos cuidan de ti y cuando son viejos vuelves a cuidar de ellos.

Además tiene un lado mágico: supone poder contemplar, si tienes al perro desde que era joven, todo el ciclo de la vida de manera global, lo que con un ser humano jamás te pasará.

Hay una peli que lo refleja muy bien: Una pareja de tres. Yo no quería verla porque me parecía una comedia romántica tonta, además con animal (lo que no suele gustarme), pero mi hermana, que es muy sabia, me la recomendaba insistentemente. Un día la echaron por la tele y la vi; me encantó, no os digo más.

LA CONVIVENCIA EN CASA

Los animales son muy demandantes de tu tiempo. Quieren que les hagas caso, que juegues con ellos, que les des mimos. Mis animales son tranquilos, están bien enseñados y aún así tienen sus momentos.

En este sentido, con los perros es más fácil. Si eres un buen humano, sacas bastante tiempo a tu perro, hace ejercicio y socializa llega a casa cansado y dispuesto a dormir. Pero el gato lleva su propio ritmo y si decide que quiere estar contigo se te subirá encima tantas veces como sea necesario y se acurrucará en partes inverosímiles de tu cuerpo. En contra de lo que se cree, si mantienes una relación saludable con tu gato este será sumamente afectivo (a su manera).

Evidentemente, puedes impedírselo porque tú eres el que tiene la fuerza (a no ser que tengas un mastín), pero desde que los metes en casa son parte de la familia y necesitan de tu compañía. No te los puedes llevar de copas, ni hablar acerca de un libro con ellos; tienes que adaptarte a su nivel de comunicación, que es más de afecto e instinto. Si eso no te va ¿por qué no un tamagotchi? Está claro que tenéis el mismo nivel afectivo.

LAS VACACIONES

Las vacaciones son problemáticas. Yo no voy a entrar a valorar las residencias para animales; a lo mejor son la bomba, no lo sé, pero nunca he dejado a ninguno de mis animales en una y, a no ser que se deba a una situación de vida o muerte ("Sra. Vicente, unos terroristas han escondido un arma biológica en la ciudad y solo usted puede salvarnos; sabemos que toda su familia y amigos están fuera y nadie puede hacerse cargo de sus animales, pero el país la necesita"), evitaré hacerlo.

Así que en vacaciones cortas a las que ellos no pueden unirse se quedan con gente de mi entera confianza (ENTERA CONFIANZA), pero si puedo desde luego se vienen conmigo a cualquier lado.

LAS ENFERMEDADES

Cuando se ponen enfermos tienes que cuidarlos porque ellos no se pueden cuidar a sí mismos y además puede ser que tengas que llevarlos mucho al veterinario hasta que la situación se regule.

A veces las enfermedades afectan a su personalidad y puede que no te caigan tan bien en ese momento, pero tendrás que apechugar y tratarles con el mismo cariño. Mis animales me quieren cuando estoy enferma, cuando estoy enfadada y grito, cuando no me ducho, cuando tengo un grano, cuando estoy triste... Ellos me quieren siempre. Y esa lealtad es lo que más valoro en un ser vivo.

LA DIARREA

Por muy bien enseñado que esté un animal alguna vez tendrá diarrea y eso significa que, en el caso de los perros,  o bien te pedirán insistentemente que les bajes a la calle (sea la hora que sea) o bien directamente se cagarán en casa.

De ambas situaciones tengo anécdotas.

Cleo tiene enteritis linfoplasmocitaria, lo que en lenguaje vulgar significa que en momentos de crisis se va por la patilla. Una noche tuve que bajarla literalmente diez veces y os prometo que hacía mucho frío. ¡Diez veces! Y al día siguiente trabajaba (yo, ella no trabaja).

Lo de Sultán fue todavía más divertido. Estábamos en la playa y se bañó. Debió coger frío, pero yo no me di ni cuenta; de hecho, salí por la noche de copas. Cuando volví y abrí la puerta de la casa ya percibí que algo no iba bien... era el olor... a caca pocha. Al terminar de abrir la puerta noté cierta resistencia en el suelo. Al encender la luz me encontré el pastel: se había cagado en todo el salón. Todo. Había caca por todo el suelo del enorme salón de la casa en la que estábamos de vacaciones, que, menos mal, era de baldosa. No sé cuánto tardé en limpiarlo (recuerda que eran las tantas y yo volvía de salir), solo sé que quería llorar. Y a pesar de limpiar concienzudamente y con lejía todo el suelo el olor a mierda no se fue hasta el día siguiente en que abrí la casa de par en par para que se ventilara.

LOS VÓMITOS

Los perros, no tanto los gatos, vomitan con gran facilidad y, en cuanto algo les sienta mal, lo expulsan.

LA EDUCACIÓN BÁSICA Y EL EJERCICIO

Para que la convivencia con tu perro sea verdaderamente placentera debes proporcionarle una educación básica y, si no puedes, debes contratar a alguien que lo haga por ti. Además, el perro, sea del tamaño que sea y de la raza que sea, necesita hacer ejercicio, mucho. Eso de sacarlo al parque y que dé vueltas mientras tú te sientas no vale; tienes que moverte. Si no, tamagotchi.

La educación y el ejercicio tienen como resultado a un perro equilibrado con el que será una gozada convivir.

Un perro desequilibrado acabará siendo un infierno para ti y para aquellos que se encuentren con él.

Casi nadie hace esto; no he realizado un estudio pero me atrevo a decir que el 80% de la gente con perro apenas se mueve.

No se puede consentir que tu perro agreda a otros perros o a personas; no puede no devolver juguetes ajenos; tiene que acudir a ti cuando le llamas...

El otro día, paseando con una amiga y su perra otra perra, pequeña, mordió a la perra de mi amiga. La perra agresora era de una señora mayor, de esas que se ponen a charlar en el parque con las amigas y se olvidan de su perra. Me indigné porque la perra le dio un buen mordisco a la perra de mi amiga y porque su humana ni se inmutó así que fui y les pregunté "¿de quién es esta perra?" a lo que ella respondió "¿por qué?" (maaaaaal, debería haber dicho "mía"); entonces yo le conté lo que había pasado (los perros pequeños también tienen dientes).

La respuesta de la señora fue tronchante: lo hace para jugar. ¡Ja! ¿Y si yo fuera dando puñetazos a todos aquellos de los que quiero ser amiga? Acabaría en el calabozo. En casos así a una le dan ganas de ser un ángel exterminador, pero se contiene.

Por otro lado, a los gatos es difícil educarlos. Sin embargo alguna cosa sí he logrado. Saben que cuando les chisto están haciendo algo que no me gusta y, al menos temporalmente, lo dejan. Y cuando me cago en la madre que los ha parido se esconden muy sabiamente.

Pero lo más importante es que han entendido que a pesar de que la casa es suya y pueden hacer lo que quieran las cortinas son sagradas.

En todo caso, un gato está mucho mejor si al menos convive con otro de su especie; dará mucho menos trabajo.

LA NAVIDAD

Desde que tengo gatos he renunciado al árbol de Navidad y mi Portal de Belén vive dentro de una vitrina con puerta de cristal.

LA HIGIENE DEL HOGAR Y DEL ANIMAL

Con un animal en casa por muy limpio que seas y mucho que limpies nunca volverás a tener ni la casa ni la ropa impoluta. Sueltan pelo, mucho pelo, que flota en el ambiente y se mete en los lugares más inverosímiles; está por todas partes. Y lo limpio, tango un cepillo especial, el rollo pegajoso, paso la aspiradora, barro... Da igual.

Los gatos a veces cogen su comida y la mueven de un sitio a otro. A ellos no les afectan los acabados de madera.

Los perros suben de la calle arena, hojitas y cardos (una vez Cleo subió pegada a su collar una lombriz gigantesca y casi me muero del susto) y además sueltan babas que se pegan en todas partes, incluida la ropa del trabajo.

Cuando los gatos crecen necesitan marcar la casa y lo hacen con las uñas. Lo necesitan de verdad y si no puedes vivir con ello es mejor que no tengas gato.

En mi casa hay dos gatos que se llevan fenomenal, Manda y Dandi, dos rascadores (uno de ellos gigante), juguetes, ventanas grandes, mosquiteras y además yo juego con ellos y aún así marcan porque es parte de su instinto.

Hay gente que les arranca las uñas, pero además de ser una crueldad en España está totalmente prohibido. Si no te gusta que los gatos tengan uñas no tengas gato.

Y si el gato es macho y no lo esterilizas meará para marcar.

Hay otro tema del que no nos gusta hablar fuera del entorno perruno, pero los perros comen cacas humanas. Evidentemente las comen porque hay gente tan guarra como para cagar en la calle y no recogerlo (y luego dicen de los perros). Los perros las adoran. Es asqueroso. ¡Ah! Y el vómito también; se pelean por él.

Igualmente se comerán cualquier cosa podrida que encuentren, sobre todo si es un bicho muerto (incluso momificado); y beberán de cualquier charco de agua ponzoñosa aunque en casa sean muy exquisitos y te exijan cambiar el agua cada rato.

Además, a los perros hay que bañarlos de vez en cuando y cepillar con regularidad tanto a perros como a gatos.

Y en verano hay que tener cuidado con las pulgas y las garrapatas.

Yo a mis gatos ni les baño (huelen de maravilla y se acicalan solos) ni les corto las uñas (para ellos son una herramienta).

LA CONVIVENCIA CON OTROS HUMANOS PERRUNOS

Tu perro tiene necesariamente que socializarse con otros perros y, para ello, tendrás que convivir con otros humanos que van con perro. Algunos de ellos son majísimos y ya les cuento entre mis amigos, pero la mayoría son insoportables, todos se creen adiestradores (César Millán, te adoro pero cuánto daño has hecho) y se meten en lo que no les importa. Mi consejo, si puedes evitarlo ni se te ocurra dar conversación, ni les mires a los ojos o estarás perdido.

Conozco a gente que tiene perro para conocer a otra gente (reconocido), pero el caso más extremo es el de un señor que baja al parque desde hace un año... ¡sin perro! Dice que desde que se jubiló se aburre y que, aunque no tiene perro, baja a la calle para poder conversar. Yo evitaba su mirada como si fueran a hacer un examen oral y no hubiera estudiado, pero el tío te interceptaba descaradamente y, sin preliminares, te contaba sus venturas y desventuras en plan monologista. Y lo peor de todo no es que sea el hombre más pesado que he conocido sino que es sumamente aburrido.

A una amiga la siguió hasta su casa y, cuando ella se disponía a entrar en el portal, interceptó la puerta con el pie. Da miedo ¿no? Os juro que es inofensivo, pero... A partir de ese día yo preferí dejarle claro que su compañía no era deseable para mí.

Esta, evidentemente, es una historia muy extrema, pero el "mundo perro" es un poco así. Cómo si la amistad pudiera provocarse.

LA MUERTE

Si quieres a tu animal y de verdad ha sido parte de tu familia su muerte será un durísimo golpe.

¿Por qué, entonces, tener un animal? Yo solo he tenido perros y gatos, así que de otros animales no puedo opinar. Lo que sí puedo deciros es que tanto tener perro como gato es una experiencia maravillosa, muy enriquecedora, que te enseña que no estamos solos, que existen otras formas de existencia y de relacionarse con el mundo, su amor por ti será incondicional, te darán afecto y pasarán a formar parte de tu familia siendo de especies diferentes lo que, si lo piensas, es alucinante y te permiten contemplar el ciclo de la vida desde el principio hasta el fin.

Tienes que tener muy claro que quieres tener un animal, como yo, que siempre lo supe. Cuando era muy muy pequeña me habría dado igual, una vaca, un perro, una mosca... Cuando otros niños tenían un amigo imaginario yo tenía una granja; metía a mi osito de peluche Nuca en la cama por las noches porque no soportaba que pasara frío; fui de excursión con el colegio al campo y me traje un bote lleno de mariquitas (vivas) que solté en mi habitación minúscula (mi madre quiso matarme); y siempre pedía un perro, una y otra vez.

Fue llegar Sultán y con mis 19 años o bien volvía pronto de mis "correrías" para poder sacarlo o bien lo sacaba antes de irme y como un reloj estaba en casa por la mañana a primera hora para dar un paseo; se convirtió el algo sagrado y no me daba ninguna vergüenza decir a mis amigos "tengo que irme que hay que sacar al perro".

Ahora, que tengo a mi Cleo, sé que tengo que madrugar todos los días del año, todos sin excepción.

Y no te digo esto por presumir de devoción, no; tu entrega tiene que ser así porque ellos, en el "mundo civilizado", dependen completamente de nosotros y son sumamente vulnerables. Necesitan tu compañía, tu cariño, tu paciencia... Tú puedes matar a tu animal a golpes o de hambre y, con toda probabilidad, no haya consecuencias para ti; puedes llevarlo al campo y pegarle un tiro en la cabeza sin que nadie se entere ni le eche en falta; puedes nos sacarlo jamás a la calle; puedes venderlo, regalarlo, es una propiedad...

Una vez me contaron una anécdota que me encantó, es la típica historia de una conocida de una amiga. Tal vez pasó, tal vez no, pero como idea es la bomba. La historia es esta:

Había una vez una mujer con dos hijos, pongamos de 12 y 14 años (una edad más que razonable para comenzar a hacerse cargo de un animal), y estos hijos insistían en tener un perro. La mujer, como los había parido y criado, conocía a sus hijos y les propuso lo siguiente: les iba a comprar un peluche y si lo bajaban 3 veces al día durante un mes (al menos 2 horas al día) les compraría un perro. Los hijos no lo hicieron y se les quitaron las ganas de tener perro.

Si quieres tener un perro, pero tienes dudas, haz la prueba. Baja a la calle (a la calle, no al bar) tres veces al día (mañana, tarde y noche), preferiblemente en invierno, al menos 2 horas al día, durante un mes. Si lo aguantas comienza a planteártelo.

Sé que es muy difícil considerarse a uno mismo una mala persona; es mucho más sencillo pensar que tienes el mundo en contra o que los demás están equivocados a asumir que eres un canalla. Pero si abandonas a un animal o lo sacrificas sin motivo, lo siento mucho, lo eres. Probablemente no le cuentes a tus conocidos que has abandonado; tal vez digas que se ha perdido, que se ha muerto... pero no puedes engañarte a ti mismo.

Entiendo que a veces pasa, que ocasionalmente nos metemos en situaciones que finalmente nos superan. A mí me ha pasado muchas veces (no en relación a mis auténticos seres queridos, por supuesto; para ellos soy una roca inamovible). Si te ha pasado, si te hiciste con un animal pensando que iba a ser maravilloso y estás de él hasta las narices en lugar de abandonarlo ¿por qué no le buscas un hogar alternativo? No es fácil, ya te lo adelanto, pero no imposible y, aunque te juzguen (con razón, por cierto), habrá asociaciones animalistas que podrán ayudarte porque al final el hogar acaba apareciendo. Haz las cosas bien.

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