lunes, 26 de enero de 2015

CALDO DEL MAR

En los días de frío echo de menos un caldito con sabor a mar y no hay que renunciar a él de ninguna manera pues el mar nos ofrece frutos que no son de origen animal: las algas.


Es cierto que no son baratas, pero mucho menos lo es el marisco de modo que, en definitiva, un caldo de algas no es tan caro.
Este fondo de mar se puede utilizar para un sin fin de propósitos: una sencilla sopita de esas que templan el cuerpo (con unos trocitos de patata y cebolleta en juliana muy fina), una sopa miso, unas fabes y, la estrella de la obra, un arroz.

Lo primero para un buen fondo es preparar la base de verduras: pocha una cebolla, un puerro, una zanahoria y un nabo en un chorrito de aceite de oliva virgen extra.

Una vez que tengas las verduras bien pochadas y sedosas, añade dos trozos generosos de alga kombu, un puñado de alga wakame, otro de fideo de mar y, mi favorita por su aroma a mar cantábrico, un puñado de musgo irlandés.
En realidad, vale cualquier tipo de alga comestible por lo que deja que te guíe tu instinto (y tu olfato).
Remueve un poco las algas con las verduras, añade agua al gusto (yo usé 2 litros), sube el fuego al máximo, espera a que hierva el agua, desespusma si es necesario, baja el fuego al mínimo, semitapa y cuece durante 20 minutos. Y ya está.
Después de estar metido en la nevera un rato el caldo adquirirá una textura muy gelatinosa, deliciosa, lo que demuestra que los huesos y las raspas no son imprescindibles para lograr una consistencia semejante.

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